Mostrando entradas con la etiqueta infantil. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta infantil. Mostrar todas las entradas

sábado, 25 de enero de 2014

Epilepsia

La epilepsia infantil es una enfermedad crónica de origen múltiple caracterizada por la presencia de crisis repetidas causadas por la descarga excesiva de un grupo de neuronas cerebrales, asociadas a una gran variedad de manifestaciones clínicas.

Es uno de los trastornos más distribuidos dentro de la población infantil, afectando a 5 de cada 1000 niños. Estos niños tienen un alto riesgo de presentar alteraciones cognitivas o emocionales, con la posibilidad de tener consecuencias sobre el rendimiento escolar o la adaptación con el entorno y la familia.

No debemos confundir la epilepsia con una crisis no epiléptica conocida como “convulsiones febriles”, en las que los espasmos son originados por la fiebre, y no tienen su origen en una infección del sistema nervioso central. Generalmente aparecen en niños y niñas menores de cinco años, constituyendo la manifestación convulsiva más común en la infancia.

La epilepsia se caracteriza por una descarga neuronal excesiva, sincrónica e incontrolada, existiendo un mayor consumo de energía del habitual, así como una mayor activación metabólica en el cerebro. Además, estas crisis suelen venir acompañadas por alteraciones de la conciencia, la actividad sensorial, motora o cognitiva.


CAUSAS

Puede aparecer a causa de una lesión o una cicatriz cerebral, en muchos casos producidas durante el nacimiento o inmediatamente después de nacer. Otro tipo de epilepsia se denomina idiopática (de origen desconocido) y no tiene ninguna señal cerebral y que, por tanto, no puede conocer la causa de sus ataques epilépticos. A pesar de ello, es posible que esté provocada por algún tumor o malformación cerebrales, por otras enfermedades como la meningitis y la encefalitis, etc.

Se ha observado que algunas personas epilépticas tienen una cantidad más alta de neurotransmisores activos (sustancias encargadas de conducir el impulso nervioso entre las neuronas), lo cual incrementa la actividad neuronal. En otros se ha observado una cantidad baja de inhibidores de dichos neurotransmisores, lo cual también aumenta la actividad neuronal. En ambos casos aparece la epilepsia.

La epilepsia puede ser a causa de:
  • Predisposición hereditaria. Es más probable que una persona tenga convulsiones si sus padres han padecido crisis convulsivas. 
  • Estado de maduración del cerebro.  En la etapa prenatal el umbral es muy alto y las crisis poco frecuentes; en el recién nacido (primeros 30 días) el umbral es bajo y las crisis frecuentes. Entre los dos y cinco años el umbral va aumentando hasta que alcanza el nivel máximo a los cinco años. De esto se podría deducir que la maduración cerebral por sí sola modifica la frecuencia de las crisis convulsivas. También se puede pensar que los síndromes epilépticos en niños son completamente diferentes a los de los adultos. 
  • Existencia de lesión cerebral. El cerebro puede estar programado para desarrollarse normalmente, pero puede sufrir lesiones durante el embarazo, el nacimiento o más adelante. Las lesiones pueden deberse a tumores cerebrales, alcoholismo u otras drogas, Alzheimer, meningitis, encefalitis, SIDA, etc. Los ataques al corazón, infartos y enfermedades cardiovasculares también influyen en la aparición de un ataque epiléptico porque privan al cerebro de oxígeno. 
  • Reparaciones incorrectas. En algunos casos, el cerebro intenta reparar los daños causados, pero puede generar conexiones neuronales anormales que podrían conducir a la epilepsia.


SÍNTOMAS

En el estado epiléptico, el más grave, las convulsiones no se detienen. La persona tiene convulsiones acompañadas de intensas contracciones musculares, no puede respirar adecuadamente y tiene extensas descargas eléctricas en el cerebro. Si no se procede al tratamiento inmediato, el corazón y el cerebro pueden resultar permanentemente lesionados y puede sobrevenir la muerte.
                                                 

Las convulsiones parciales simples se inician con descargas eléctricas en un área pequeña del cerebro y permanecen limitadas a esa zona. Según la parte afectada del cerebro, la persona experimenta sensaciones anormales, movimientos o aberraciones psíquicas. La persona con una aberración psíquica puede experimentar, por ejemplo, un sentimiento de «déjà vu», por el que un entorno desconocido le parece inexplicablemente familiar.

En las convulsiones jacksonianas, los síntomas se inician en una parte aislada del cuerpo, como la mano o el pie, y luego ascienden por la extremidad al mismo tiempo que la actividad eléctrica se extiende por el cerebro. Las convulsiones parciales complejas (psicomotoras) se inician con un período de uno o dos minutos durante el cual la persona pierde contacto con su entorno. Puede tambalearse, realizar movimientos involuntarios y torpes de brazos y piernas, emitir sonidos ininteligibles… El estado confusional dura unos minutos y se sigue de una recuperación total.

Las crisis convulsivas se inician con una descarga eléctrica anormal en una pequeña área del cerebro. La descarga se extiende rápidamente a las partes adyacentes del cerebro y causan la disfunción de toda el área. Durante estas crisis convulsivas la persona experimenta una pérdida temporal de consciencia, espasticidad muscular intensa y contracciones en todo el cuerpo, giros forzados de la cabeza hacia un lado, rechinar de dientes e incontinencia urinaria. Después, puede tener cefalea, confusión temporal y fatigabilidad extrema. Habitualmente la persona no recuerda lo sucedido durante la crisis.

El pequeño mal (crisis de ausencia) suele iniciarse en la infancia antes de los 5 años de edad. No produce convulsiones ni demás síntomas dramáticos del gran mal. En cambio, la persona tiene episodios de mirada perdida, pequeñas contracciones de los párpados o contracciones de los músculos faciales que duran de 10 a 30 segundos. La persona está inconsciente, pero no cae al suelo, no se produce colapso ni presenta movimientos espásticos.


DIAGNÓSTICO

Hay tres métodos principales de diagnóstico de la epilepsia:
  • Historia personal y médica del paciente . El médico obtiene la información que pueda darle el afectado (características de los ataques epilépticos, qué le pasa momentos antes de que comience el ataque, etc.). Además añade otra, más científica, sobre la evolución de la persona (cómo le va el tratamiento, otras pruebas realizadas y sus resultados, etc.) 
  • Electroencefalograma . Se hace con una máquina que proporciona, dibujando unas líneas ondulantes, las señales eléctricas que llegan desde las células del cerebro. Con el      
    electroencefalograma, el médico descubre si hay circunstancias cerebrales especiales que expliquen por qué se producen los ataques epilépticos. No obstante, el electroencefalograma no siempre muestra que haya indicios de epilepsia, porque a veces los cambios eléctricos se producen en zonas muy profundas del cerebro; en otras ocasiones, en el momento de hacer el electroencefalograma no se está produciendo ningún cambio. 
  • Tomografía computerizada. Consiste en otra máquina que hace una serie de fotografías de los diferentes niveles del cerebro, con las que se puede ver si existe en él algún bulto, cicatriz, marca o cualquier otra condición que pueda estar causando los ataques. 

TRATAMIENTOS

Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación, la cirugía y una dieta alimenticia específica. La mayoría de las veces, lo que se aplica es una combinación de las dos o de las tres modalidades.

Medicamentos. Actualmente hay un gran número de medicamentos para personas epilépticas, cada uno de los cuales es apropiado para los diferentes tipos de ataques con diferentes efectos benéficos y efectos secundarios. La medicación para la epilepsia tiene una condición muy importante. Más que en ningún otro caso, se deben seguir al detalle las instrucciones que dé el médico, referentes a cómo tomar los fármacos, el momento del día, acompañados de la ingestión de alimentos o no...

Alimentación. Cuando los medicamentos no dan resultado, una alternativa o complemento al tratamiento puede ser una dieta rica en grasas y baja en hidratos de carbono y proteínas, que el médico o un dietista profesional también indicará y ajustará a las necesidades personales. Esta dieta especial se llama cetogénica, porque dichos alimentos, una vez ingeridos y asimilados, se convierten fácilmente en una sustancia química que se llama cetona. 


Cirugía. La intervención en quirófano es otra alternativa de tratamiento, pero sólo se escoge tras realizar al paciente un detallado análisis. El objetivo de la operación es quitar la parte de tejido cerebral que esté dañada para que los ataques no se sigan produciendo. Pero los médicos tienen que considerar antes si la lesión es accesible (si pueden llegar a ella sin dañar otras partes del cerebro) y, sobre todo, si se trata de un tejido que no cumple ninguna función importante, pero que provoca los trastornos epilépticos.




Páginas web de la información:
http://www.bebesymas.com/salud-infantil/epilepsia-infantil-que-es

Páginas web de las imágenes:
http://www.ecured.cu/index.php/Epilepsia
http://kerchak.com/mutacion-gen-lgi2-epilepsia-infantil/
http://www.videoeeg.com.ar/blog/

viernes, 10 de enero de 2014

Ictiosis arlequín

La Ictiosis arlequín, también conocida como Síndrome arlequín es una enfermedad extremadamente rara del grupo de las llamadas genodermatosis (grupo de dermatosis hereditarias con trastornos metabólicos).  Es la forma de ictiosis congénita más grave, se hace evidente ya desde el nacimiento y debe su nombre al aspecto que tienen los recién nacidos con la enfermedad, que recuerda a un disfraz de arlequín. La ictiosis tipo Arlequín es una enfermedad genética rara de la piel caracterizada por escamas grandes y gruesas que aparecen en toda la piel, como a su vez se nace con los párpados volteados por lo que en lugar de ojos se observan los párpados totalmente rojos. Se asocia generalmente deformidades faciales características y a menudo anomalías en otras partes del cuerpo, especialmente en el tórax.


CARACTERÍSTICAS:
  • Orejas poco desarrolladas o incluso ausentes, lo que se repite en el caso de la nariz.
  • Párpados invertidos por lo cual los ojos son muy vulnerables y suelen sangrar.
  • Labios presionados por la piel seca de tal forma que esbozan la sonrisa de un payaso.
  • Brazos, piernas y dedos de menor tamaño que no pueden doblarse de forma normal.
  • Polidactilia en algunos casos.
  • Piel dura y seca, dividida como escamas de pez, parecida al traje de un arlequín debido a la hiperqueratosis en forma de diamante de color rojizo (de ahí el nombre de ictiosis arlequín).

 
SÍNTOMAS:

Dificultades para respirar
Deshidratación
Edema
Vellosidad
Enrojecimiento
Insuficiencia respiratoria
Cambios en el color de la piel
Problemas en la piel
Enrojecimiento en la piel
Bebé pequeño
Dificultad para tragar
Nacimiento prematuro



DIAGNÓSTICO:

Es posible el diagnóstico prenatal mediante ecografía, fetoscopia (procedimiento mediante el cual se puede observar directamente al feto dentro del útero, mediante el uso de un fetoscopio introducido a través de una incisión bajo anestesia local) y amniocentesis (procedimiento obstétrico mediante el cual se extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico para su posterior análisis).
Aunque se ha utilizado la biopsia de piel fetal, realizada mediante control ecográfico, ésta es una técnica no exenta de riesgos que solamente se debe realizar en centros muy especializados y teniendo en cuenta la posibilidad de pérdida fetal que podría acontecer en un sujeto sano.

TRATAMIENTO:
El tratamiento habitual de la ictiosis incluye las cremas tópicas. Aquí, la variedad y eficacia de cada una de ellas varía en cada paciente. Cada uno debe encontrar la que mejor se adapte a su tipo de ictiosis. Estas cremas pueden ser:
  • Humectantes: cremas y lociones que penetran y humedecen la piel.
  • Queratolíticos: promueven la exfoliación de la piel
  • Emolientes: son lubricantes que humedecen la piel y sellan la humedad interior.
En los casos de ictiosis grave, está indicado el tratamiento con acitretina, producto sintético relacionado con la vitamina A, cuya respuesta terapéutica consiste en la descamación, seguida de la reepitelalización más normal. El uso de este tratamiento debe estar controlado por un especialista.


Páginas web de la información: http://es.wikipedia.org/wiki/Ictiosis_Arlequ%C3%ADn
http://www.ecured.cu/index.php/S%C3%ADndrome_arlequ%C3%ADn
http://www.nodiagnosticado.es/enfermedades/Ictiosis-tipo-Arlequin/verificador-de-sintomas.htm
http://www.slideshare.net/bianckiss16/ictiosis-arlequn

Páginas web de las imágenes: http://sdesaber.blogspot.com.es/2012_11_01_archive.html
http://432magazine.blogspot.com.es/2011/11/national-geographic-channel-grandes.html

martes, 7 de enero de 2014

Progeria

Progeria es una enfermedad genética de la infancia extremadamente rara, caracterizada por un gran envejecimiento brusco y prematuro en niños entre su primer y segundo año de vida. Se estima que afecta a uno de cada 7 millones de recién nacidos vivos. No se ha evidenciado preferencia por ningún sexo en particular, pero se han comunicado muchos más pacientes de etnia blanca (97% de los pacientes afectados). La progeria puede afectar diferentes órganos y tejidos: hueso, músculos, piel, tejido subcutáneo y vasos. Desarrollan baja estatura, cráneo de gran tamaño, alopecia, piel seca y arrugada, ausencia de grasa subcutánea, rigidez articular. Al no existir cura ni tratamiento, las personas que lo padecen, no exceden los 13 o 15 años de vida.
La forma más severa de esta enfermedad es la llamada síndrome de Hutchinson-Gilford nombrada así en honor de Jonathan Hutchinson, quien fue el primero en descubrirla en 1886 y de Hutchinson-Gilford quien realizó diferentes estudios acerca de su desarrollo y características en 1904.

Características:
Baja estatura, piel seca y arrugada, calvicie prematura, canas, ojos prominentes, cráneo de gran tamaño con las venas muy marcadas, ausencia de cejas y pestañas, nariz grande y respingada, mentón retraído, problemas cardíacos, costillas marcadas, extremidades finas y esqueléticas, estrechamiento de las arterias coronarias, enfermedades degenerativas como artritis o cataratas, manchas en la piel semejantes a las de la vejez, alteración de la dentición, osteoporosis y arterosclerosis.
Por último, se produce una muerte natural antes de los 18 años de edad.



Causas:
Los investigadores han descubierto una mutación genética como la única responsable del síndrome de Hutchinson-Gilford. El gen que se conoce como lámina A (LMNA), que produce una proteína necesaria para que el centro (núcleo) de una célula permanezca junta. Los investigadores creen que la mutación genética hace que las células sean inestables, lo que parece conducir a la progeria: el rápido proceso de envejecimiento.
A diferencia de muchas mutaciones genéticas, la progeria Hutchinson-Gilford no se transmite en las familias. Más bien, el cambio genético es una casualidad que los investigadores creen que afecta a un solo espermatozoide o al óvulo justo antes de la concepción. Ninguno de los padres es portador, por lo que las mutaciones en los genes de los niños son nuevas.

Diagnóstico:
Al nacer, los niños con progeria parecen normales; los síntomas se manifiestan durante el primer año de vida, con una o varias de las siguientes anomalías: retardo en el crecimiento, alopecia y anomalías en la piel. Hacia el segundo año se añaden otros síntomas, como la caída del cabello. Las manifestaciones clínicas de la progeria se clasifican en criterios mayores y signos que usualmente están presentes. Los criterios mayores incluyen alopecia, venas prominentes en la cabeza, ojos grandes, dentición anormal y retardada, tórax "acampanado" en apariencia de pera, clavículas cortas, piernas arqueadas, extremidades superiores delgadas con articulaciones prominentes, talla baja, peso bajo, maduración sexual incompleta y disminución de la grasa subcutánea. Los signos que usualmente están presentes son piel esclerodérmica, alopecia generalizada, orejas prominentes con ausencia de lóbulos, nariz ganchuda, labios delgados, paladar alto, voz de tono alto y uñas distróficas. En conclusión, el diagnóstico de la progeria es fundamentalmente clínico y se declara en niños que presentan los signos iniciales de la enfermedad mencionados al comienzo y que manifiesten todos los criterios mayores. Cabe mencionar que no existe un examen concluyente que certifique el diagnóstico de la progeria.

Pronóstico:
El promedio de vida en niños enfermos es de 13 años, pero puede estar entre 7-27 años. Aunque la supervivencia más allá de la adolescencia es inusual, se ha descrito un paciente que falleció a los 47 años por un infarto del miocardio. En más del 80% de los casos la muerte se debe a complicaciones que surgen, como la arterosclerosis, fallos en el corazón, infarto de miocardio y trombosis coronaria.

Tratamiento:
No hay cura para la progeria. Un control regular de las enfermedades cardiovasculares puede ayudar a lidiar con la enfermedad del niño. Algunos niños se someten a cirugía de dilatación de las arterias cardiacas (angioplastia) para retardar la progresión de la enfermedad cardiovascular.
Ciertas terapias pueden aliviar o retrasar algunos de los signos y síntomas. Estas incluyen:

  • Dosis bajas de aspirina: Una dosis diaria puede ayudar a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
  • Otros medicamentos: Dependiendo de la condición del niño, el médico puede prescribir otros medicamentos, como las estatinas para reducir el colesterol o los anticoagulantes para ayudar a prevenir los coágulos de sangre. El uso de la hormona del crecimiento puede ayudar a aumentar la estatura y el peso.
  • Terapia física y ocupacional: Estas terapias pueden ayudar con la rigidez de las articulaciones y los problemas de cadera y pueden permitir que el niño permanezca activo.
  • Extracción de los dientes de leche: Los dientes definitivos del niño comenzarán a crecer antes de que los dientes de leche se caigan. La extracción puede ayudar a prevenir los problemas asociados con la pérdida tardía de los dientes de leche, o el desarrollo de una segunda fila de dientes cuando salen los dientes permanentes.


Tratamiento en investigación:
Los fármacos conocidos como inhibidores de la farnesil (FTI), que se han desarrollado para tratar el cáncer, han demostrado ser prometedores en la corrección de los defectos celulares que causan la progeria. Los inhibidores de la farnesil se están estudiando actualmente en ensayos clínicos con humanos para el tratamiento de la progeria

Otros síndromes similares:
Hay, sin embargo, otros síndromes progeroides que están en las familias. Como elWiedemann-Rautenstrauch y el síndrome de Werner. En el síndrome de Wiedemann-Rautenstrauch , también conocido como síndrome neonatal progeroide, el inicio del envejecimiento comienza en el útero, y los signos y síntomas son evidentes al nacer. El síndrome de Werner comienza en la adolescencia o en la edad adulta. Estos síndromes hereditarios progeroides también causan un rápido envejecimiento y la vida es más corta.



Páginas de donde se ha extraído la información: http://es.wikipedia.org/wiki/Progeria

Página de donde se ha extraído la fotografía: http://es.globedia.com/medicamento-cancer-muestra-mejoria-progeria

martes, 31 de diciembre de 2013

Prevención a la hora de tirar petardos

Para acabar este año 2013, queremos hacer este post sobre las medidas de seguridad para lanzar petardos, algo que es muy común este día.

Los petardos y cohetes son elementos pirotécnicos muy comunes en fiestas como las navidades y son muy atractivos para los niños y los jóvenes, pero debemos tener ciertas precauciones, si no, resultan ser elementos muy peligrosos. Antes de encenderlos, debemos asegurarnos de hacerlo en una zona en la que no haya riesgo de dañar a nadie ni provocar un incendio. Además, los niños deben de estar bajo la supervisión de los adultos.

Aquí os dejamos unas instrucciones a seguir para manipular los petardos sin correr riesgos:
  1. Debéis comprar los petardos y cohetes en establecimientos especializados para estar seguros de que cumplen con las medidas de seguridad.
  2. No guardar los petardos en los bolsillos, ya que la fricción podría encenderlos y sería muy peligroso.
  3. Antes de encender cualquier elemento pirotécnico, debes leer las instrucciones de uso.
  4. A la hora de encenderlos, no sujetarlos con las manos ni ponerlos cerca de la cara ni del cuerpo, es mejor dejarlo apoyado en alguna superficie, ya que puede resultar muy peligroso.
  5. No meter los petardos dentro de ladrillos, botellas de vidrio, latas de refresco ni nada similar, ya que al explotar generan metralla.
  6. Utilizar mechas para encender la pirotecnia, y no mecheros.
  7. Encender la mecha del petardo lo más al extremo posible, para disponer de más tiempo para apartarte antes de la explosión.
  8. En caso de lanzar un petardo y que no explote, no hay que acercarse a él y mucho menos, volver a encenderlo. Se recomienda esperar media hora y luego mojarlo para evitar cualquier problema.
  9. No lanzar cohetes a menos de 500 metros de zonas boscosas para evitar incendios. Tampoco en zonas con aglomeraciones de personas, ni cerca de líquidos inflamables.
  10. No encender petardos dentro de casa, ni desde los balcones o ventanas. Si en tu zona se celebra algún espectáculo pirotécnico, se recomienda recoger la ropa tendida y cerrar puertas y ventanas.



Un consejo: no permitas que los niños pequeños tiren petardos de mecha, no son seguros. Para ellos existe un tipo de petardos especiales que producen un chasquido al ser lanzados contra el suelo. Son pequeños saquitos con una composición pirotécnica diferente a la de los petardos tradicionales. No resultan peligrosos porque no explotan.

 TOS FERINA


Hoy vamos a hablar de una enfermedad muy peligrosa como es la tos ferina, también conocida por coqueluche. Ésta es una enfermedad respiratoria infecciosa de las vías aéreas, de alta contagiosidad, que evoluciona entre 4 a 6 semanas y que tiene mayor incidencia en los meses invernales.
El período de incubación es de 8 a 14 días y puede atacar al niño desde las primeras semanas de vida. El contagio es por contacto directo, a través de la saliva, la tos o estornudo, y tiene una duración de 6 a 8 semanas aproximadamente.


Causas de la tos ferina en niños

Es una enfermedad producida por un germen. Una vez de padecerla deja inmunidad por mucho tiempo pero no de por vida. La duración de todo el cuadro de la enfermedad es prolongado. Aproximadamente 45 días. 


Tratamiento de la tos ferina infantil

Es ambulatorio sobre todo se la padecen los niños mas grandecitos. En algunos casos pueden requerir hospitalización para administrar oxígeno y alimentación por sonda con aporte de líquidos con suero endovenoso.
El uso de medicación broncodilatadora será inevitable. No son útiles los antitusígenos. Se indicarán antibióticos en casos mas complicados de neumonías y otros problemas pulmonares. La prevención de la tos ferina se realiza por medio de vacunación. 

Diagnóstico de la tos ferina
Ante un paciente con los síntomas iniciales, el médico tomará una muestra del exudado de la nariz y de la garganta.
El 90% de las muestras tomadas de pacientes con tos ferina, dará positiva para la bacteria. Pero, debido a las características especiales de la Bordetella pertussis (entre ellas, su dificultad para ser aislada en medios de cultivo y lo prolongado que resulta el periodo de incubación), es necesario avisar al laboratorio responsable del diagnóstico de la sospecha de tos ferina.
Debido a la dificultad que supone el cultivo de la bacteria, se pueden utilizar técnicas especiales, como el uso de anticuerpos que detecten varias estructuras de la bacteria, revelando así su presencia.
Deben sospecharse (y descartarse) otras muchas patologías respiratorias, ya que los síntomas de tos ferina, en especial en el estadio catarral, son muy inespecíficos.

Prevención
La mejor vía de prevención para la infección por Pertussises la vacunación. Hoy en día, en el calendario de vacunación infantil oficial, se incluye una vacuna triple bacteriana conocida como DTP (de las siglas Difteria, Tétanos y Pertussis).
Esta vacuna, que se administra en cinco dosis, se puede y se debe administrar a los bebés.
El calendario oficial marca como edades de vacunación para Pertussis los dos, cuatro y seis meses de edad; los 18 meses; y los cuatro años.

Pronóstico de la tos ferina
Aunque estamos hablando de una infección grave, la gran mayoría de los pacientes con tos ferina se recuperan, aunque lentamente. Como hemos comentado, el tratamiento antibiótico y las medidas de soporte son fundamentales.
No obstante, cuando los pacientes son niños menores de un año, el riesgo es mayor, estimándose entre un 1–2% el número de pacientes en este rango de edad que fallecen por las complicaciones derivadas de la infección.
En adultos y en niños mayores de dos años la enfermedad es bastante molesta, pero raramente es grave; y casi nunca mortal. No obstante, es destacable el hecho de que, habitualmente, los adultos o jóvenes son los que contagian a los pacientes más pequeños.
Posibles complicaciones asociadas a la infección por tos ferina son:
  • Bronconeumonía.
  • Otitis media (infección del oído medio).
  • Hemorragias cerebrales (por el esfuerzo continuo de la tos, que aumenta la presión dentro del cerebro). Pueden desembocar en retraso mental si el daño es severo, parálisis y otras neuropatías.
  • Hemorragias nasales, por la misma causa.
  • Hernia inguinal (debida al esfuerzo).
  • Prolapso rectal (salida de una parte de la mucosa rectal al exterior).
  • Apnea (detención en la respiración).
  • Convulsiones (principalmente en bebés).
  • Daño cerebral por hipoxia (disminución del aporte de oxígeno al cerebro).
  • Muerte.


Fuentes de la información:



domingo, 29 de diciembre de 2013

Espina bífida

La espina bífida es una enfermedad que sufren 3 de cada 1000 bebés. Se trata de una patología que deja al descubierto la médula espinal del feto, debido a un desarrollo incompleto del cierre del canal óseo de la columna vertebral del feto en los primeros 26 días de gestación. Las fibras nerviosas de la médula espinal quedan abiertas y no desarrollan su función transmisora.

La espina bífida puede localizarse en cualquier punto de la médula espinal aunque es más común que se localice en la zona lumbar y sacra. El grado de disfunción motora dependerá del lugar donde se encuentre la anomalía, y puede abarcar desde una simple pérdida de flexibilidad en los dedos de los pies, hasta la paraplejia todas en casos más graves. Cuanto más cerca de la cabeza esté colocada la lesión, más graves serán las consecuencias; en cambio, cuanto más cerca se encuentre de la zona sacra, más leves serán los efectos. Las secuelas no se pueden curar del todo.

La espina bífida afecta principalmente al sistema nervioso central, por lo que no afecta a la capacidad intelectual ni al desarrollo cognitivo del feto; aunque sí que puede causar malformaciones en algunos órganos:
  • Hidrocefalia: acumulación de líquido en el cerebro del bebé que provoca un aumento del tamaño de la cabeza. Para eliminar el exceso de líquido se suele utilizar un drenaje.
  • Parálisis de las extremidades inferiores con sensibilidad por debajo de la lesión medular.
  • Alteraciones ortopédicas como luxaciones de cadera y deformaciones de los pies.
  • Alteraciones de los esfínteres, lo que conlleva a una incontinencia urinaria y fecal.


Además del cariño y de la atención de su familia, del control y del cuidado de su pediatra, los bebés con espina bífida necesitarán también de la orientación de especialistas pediátricos, como neurólogo, neurocirujano, urólogos, ortopedas, durante toda su niñez. En las primeras 72 horas de vida, se realiza una cirugía para reparar el defecto óseo. A partir de ahí, si es necesario, se hace otra cirugía para resolver el problema de la hidrocefalia. Lo demás será a base de terapias, medicinas, y controles. En casa, el cuidado es el mismo que para cualquier recién nacido. Los padres recibirán orientaciones médicas y ayudas específicas para tratar al bebé.


Tomar ácido fólico es una medida de prevención muy sencilla y eficaz ya que consigue prevenir un 78 por ciento de que el feto padezca espina bífida. La administración de un preparado polivitamínico, rico en ácido fólico, desde un mes antes de quedarse embarazada hasta la segunda falta menstrual, reduce con éxito el riesgo de que se repita la espina bífida en el próximo embarazo. Para la madre que haya dado a luz a un bebé con espina bífida, existe el riesgo, de aproximadamente un 4%, de que vuelva a tener otro bebé con el mismo problema. El riesgo es pequeño pero real. Por ello, en caso de un nuevo embarazo, los padres deben acudir lo más pronto posible al obstetra para su control y vigilancia.


viernes, 27 de diciembre de 2013

Síndrome de Down

El síndrome de down es una anomalía genética que ocurre en 1,3 de cada 1000 nacimientos. Es uno de los defectos genéticos más comunes y afecta a todas las razas. A día de hoy no se conoce el origen de esta anomalía, por lo que tampoco se puede desarrollar una cura ni un posible tratamiento para prevenirlo.

Esta anomalía consiste en una trisomía del cromosoma 21; esto es, en lugar de tener 23 pares de cromosomas, los niños con síndrome de down presentan 3 cromosomas en el par 21, por lo que cuentan con 47 cromosomas en lugar de 46, lo normal. El material genético excesivo produce un cambio leve en el desarrollo del cuerpo y cerebro del embrión.

Los niños con síndrome de down presentan una gran variedad de personalidades, estilos de aprendizaje, niveles de inteligencia, apariencias, sentido del humor… Aunque por lo general, suelen ser muy cariñosos y presentan una inteligencia emocional excepcional.

El síndrome de down confiere unos rasgos físicos muy particulares que se caracterizan por unos ojos almendrados, orejas pequeñas y ligeramente dobladas en la parte superior, boca y labios pequeños, lo que hace que la lengua parezca más grande; una nariz pequeña y hundida en el entrecejo, cuello corto y manos pequeñas con dedos cortos.



Problemas de salud más frecuentes:
  • ·         Entre el 30% y el 50% de los bebés con síndrome de down presentan defectos cardíacos. Algunas cardiopatías congénitas son poco importantes y se tratan con medicamentos, pero otras más importantes pueden requerir cirugía. Todos los bebés con síndrome de down deben ser examinados por un cardiólogo y ser sometidos a un ecocardiograma en los 2 primeros meses de vida para identificar cualquier problema que pueda tener.
  • ·         Entre el 10% y el 12% de los bebés suelen nacer con malformaciones intestinales, que se corrigen con cirugía.
  • ·         Más del 50% nace con alguna deficiencia visual o auditiva. Entre las visuales se destacan el estrabismo, la miopía y la hipermetropía (que ya explicamos con detalle en otro post de este blog). Suelen tratarse con gafas, cirugía u otros métodos. Se recomienda consultar con el oftalmólogo en el primer año de vida del bebé. Y entre las deficiencias auditivas destacamos las producidas por presencia de líquido en el oído medio, por un defecto nervioso, o por ambas.
  • ·         Los niños con esta enfermedad tienen mayores probabilidades de sufrir problemas de tiroides y leucemia. Además, se resfrían con más facilidad y pueden contraer bronquitis y neumonía.


Se recomienda realizar exámenes de visión y audición regularmente para evitar problemas en el desarrollo del habla y otras destrezas, y recibir cuidados médicos regulares, incluyendo todas las vacunas de la niñez.


jueves, 26 de diciembre de 2013

Ginecomastia infantil

La ginecomastia es el crecimiento anormal de las glándulas mamarias en un varón. Aunque la mayor parte de las veces es algo benigno y transitorio en los niños, puede ser preocupante en algunos casos y debe ser fruto de estudio.



La ginecomastia en la edad infantil puede estar producida por diversas causas: desajustes hormonales, sobrepeso, exposición a determinada sustancias, tratamiento con algunos medicamentos, o incluso tumores. Cuando se inicia el estudio del niño por la ginecomastia se deben tener en cuenta todas estas causas, por poco probable que parezcan, para obtener una evaluación mucho más amplia y estar seguros en el diagnóstico.

Cuando el pediatra perciba algún signo de que el niño sufre ginecomastia, lo enviará al endocrinólogo. Para el diagnóstico, el médico necesitará conocer datos muy exactos del niño como la edad (medida en años y meses), problemas médicos que la madre sufriera durante el embarazo, consumo de medicamentos por parte del niño, uso de medicamentos hormonales en el niño o alguien de su entorno familiar, tiempo en el que se lleva observando la ginecomastia y la evolución que ha experimentado en ese tiempo, y otros síntomas que le niño haya presentado como puede ser el dolor o crecimiento testicular, cambios bruscos e importantes de peso, sudoración excesiva, temblores, etc.

Cuando el endocrino ya conoce estos datos pasará a realizar un examen del estado físico del niño. Para ello medirá su peso y talla, el índice de masa corporal (IMC) y comprobará su presión arterial. Además, es posible que realice una auscultación mamaria, y una revisión de los genitales. Con los resultados obtenidos, el médico explicará cuáles son las causas más probables de la ginecomastia y cuál es el procedimiento para corroborarlas. Los estudios más frecuentes para ello son: estudios hormonales mediante la extracción de sangre, estudios para determinar el correcto funcionamiento de órganos como el hígado o los riñones. Si se observa que no es un desajuste hormonal, o causa del sobrepeso, y puede ser debido a algo más grave como un tumor, se realizará pruebas de ultrasonido testicular o de mama, o biopsias, tomografías o mamografías, en caso de que haya grandes indicios de la presencia de un tumor, ya que estos tratamientos son bastante agresivos.


El tratamiento de la ginecomastia depende del tipo del que esta sea. Puede ir desde dietas y ejercicio físico, tratamientos hormonales, hasta intervención quirúrgica, en los casos más extremos.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Conjuntivitis

La conjuntivitis es una infección o irritación ocular leve y  muy común. Está causada por gérmenes y suele aparecer cuando el niño sufre un resfriado o una infección de oídos. También, puede ser una irritación causada por alergias, agentes químicos o irritantes ambientales como el humo o el polvo.

La conjuntivitis puede afectar a uno o a los dos ojos. Generalmente dura entre 3 y 5 días, después de los cuales remite. Los síntomas más significativos son el enrojecimiento de la parte blanca del ojo, el picor y la sensación de calor en el ojo, sensibilidad a la luz, y, generalmente, el ojo lagrimea y produce gran cantidad de secreciones, que hace que el niño se levante por las mañanas con los ojos pegados.

Los niños en edad escolar y preescolar son los más propensos a sufrir la conjuntivitis. Al ser una enfermedad infecciosa, puede producirse el contagio a las personas que rodean al enfermo. Suele producirse porque los niños se frotan los ojos para aliviar el picor o se limpian las secreciones con las manos y luego pueden tocar las manos de otros niños u objetos que otros niños pueden tocar, y después se llevan las manos a sus propios ojos. También se puede transmitir al utilizar la misma toalla para la cara por los diferentes miembros de la casa.

El tratamiento de la conjuntivitis es la limpieza ocular, ya sea mediante agua o con sueros fisiológicos. En ocasiones el pediatra puede recomendar la administración de antibióticos mediante colirios o cremas oculares. Para que estos sean especialmente efectivos, primero se debe realizar una limpieza del ojo, como mencionamos anteriormente. Si la conjuntivitis es causada por un proceso de alergia, el tratamiento consistirá en administración de antihistamínicos en forma de colirios o por vía oral, o corticoides.


Para evitar el contagio es aconsejable intentar que el niño se frote los ojos, mantener los ojos del niño limpios y sin secreciones, lavar las manos tras limpiar los ojos del niño y utilizar pañuelos o toallitas desechables.

Otitis media

La otitis media es una de las enfermedades más características que sufren los niños en los primeros tres años de vida. Son más propensos a sufrirlas aquellos niños que acuden a guarderías desde muy pequeños, aquellos que tienen problemas de alergia,  aquellos cuyos familiares más cercanos (padres o hermanos) hayan padecido esta enfermedad en su infancia, y aquellos cuyos padres fumen en casa.

Es una inflamación del oído medio causada por bacterias o virus que penetran en el cuerpo a través de la garganta o la nariz. Cuando llegan a la Trompa de Eustaquio se multiplican produciendo moco y pus que provoca un aumento en la presión en el interior del oído y distiende el tímpano, que aparece abombado.

En ocasiones, cuando la presión en el interior del oído es muy alta, se produce una ruptura en el tímpano, y el pus, la sangre y la mucosidad salen hacia el exterior mediante el conducto auditivo externo. La ruptura del tímpano no es un motivo de preocupación, ya que acelerará la curación y se volverá a cerrar por sí solo en 2 ó 3 días.

Los síntomas característicos de la otitis media son el dolor de oído y la ligera pérdida de audición, fiebre, drenaje del oído, irritabilidad, vómitos y pérdida del equilibrio.

El tratamiento más específico es la administración de antibióticos durante / o 14 días. Normalmente, tras 48 horas de administración del tratamiento, la sintomatología mejora significativamente; pero debe completarse el tratamiento para la eliminación de la enfermedad, o de  lo contrario, podría reproducirse. Es muy común la administración de descongestionantes nasales y mucolíticos junto con el antibiótico, para disminuir la presión de los mocos; y antiinflamatorios como el dalsy o junifen para aliviar la inflamación y el dolor del oído.


Aunque la otitis media no se contagia de forma directa entre el niño enfermo y el niño sano, sí que se contagian los resfriados que suelen ir asociados a esta enfermedad. Por ello, es recomendable el aislamiento del niño durante los primeros días de enfermedad y no llevarlo al colegio o la guardería para evitar que contagie a otros niños.


sábado, 14 de diciembre de 2013

Varicela


La varicela es una infección viral muy contagiosa. Se caracteriza por una erupción vesicular en forma de manchas y ampollas que producen picazón. Esta enfermedad es común entre la población infantil, aunque tiene una variante propia de los adultos, el herpes zoster, que resulta más seria y consiste en la reactivación posterior del virus.
Se transmite a través de pequeñas gotas de líquido vesicular o secreciones del tracto respiratorio que son transportadas por el aire, especialmente cuando el enfermo tose o estornuda. También se contagia al estar en contacto con objetos que han sido contaminados. Por este motivo es importante que el paciente sea aislado: la probabilidad de transmisión entre los niños que asisten al mismo centro escolar o entre los miembros de la familia supera el 90%.

Generalmente los enfermos no presentan síntomas evidentes antes de que se produzca el brote de la enfermedad, que viene acompañado por fiebre, cansancio, dolor de cabeza y falta de apetito. Los síntomas comienzan entre los 10 y los 21 días después de la infección. El más característico es la aparición de manchas rojizas y planas, que van tomando relieve poco a poco hasta convertirse en ampollas o vesículas. Estas provocan un gran picor, se rompen con facilidad y forman unas costras que se desprenden y desaparecen en, aproximadamente, dos semanas. El proceso se extiende hasta el sexto día de la enfermedad. Las manchas aparecen en todo el cuerpo, especialmente en el tronco y el cuero cabelludo en brotes sucesivos. Los niños sanos pueden desarrollar hasta 500 lesiones dérmicas que, en ocasiones, dejan una marca permanente. En casos graves las manchas se extienden por las extremidades y el rostro. Además, pueden aparecer llagas en la boca, los párpados, el recto, la vagina y las vías respiratorias.
El objetivo de la vacuna es evitar la propagación de la enfermedad, sus complicaciones y la reinfección posterior en forma de herpes zoster. Puede administrarse en una única dosis, es muy bien tolerada y, generalmente, no presenta reacciones importantes en niños y adolescentes sanos. Los efectos secundarios son leves y se manifiestan en forma de enrojecimiento, dolor e inflamación en el área donde se ha aplicado. Asimismo, puede ocasionar mareo, cansancio, fiebre o náusea.
La vacuna previene la enfermedad hasta en un 80% de los casos y se administra a niños sanos entre 12 y 18 meses de edad. A partir de los 13 años pueden ser inmunizados con dos dosis. Puede aplicarse junto a otras vacunas, como las del sarampión, rubéola, paperas, polio, hepatitis B o meningitis. Sin embargo, no debe administrarse a personas con un sistema inmune débil o a las mujeres embarazadas. Las personas que no han sido vacunadas en su momento y corren un riesgo importante de sufrir complicaciones reciben anticuerpos una vez contraída la enfermedad.
El médico suele reconocer fácilmente la varicela porque la erupción y los demás síntomas son muy característicos. Sólo muy excepcionalmente es necesario realizar una medición de los valores de anticuerpos en la sangre e identificar el virus en el laboratorio.
La varicela requiere una terapia antiviral y sintomática. La terapia sintomática se realiza con analgésicos, antihistamínicos y cremas o lociones que calman el picor. Su efecto es paliativo y transitorio. También son recomendables las compresas húmedas o los baños tibios para limpiar las heridas que se producen al rascar las ampollas y evitar posibles infecciones. En caso de infección bacteriana se administran antibióticos y si surgen complicaciones serias se emplean medicamentos antivirales, como aciclovir o interferón alfa.

Las personas que corren el riesgo de sufrir varicela o complicaciones asociadas a la enfermedad son las que tienen unas defensas reducidas, los niños prematuros o menores de un año y los recién nacidos cuyas madres han sufrido varicela antes o durante el parto. Las mujeres embarazadas que no han tenido varicela deben extremar sus precauciones. Si la enfermedad se contrae durante los primeros meses de gestación o in útero poco antes del nacimiento el feto puede sufrir diversos trastornos o incluso malformaciones.

jueves, 12 de diciembre de 2013

La anorexia infantil


La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño, aunque tenga apetito, se niega a comer. Los niños y niñas con anorexia tienen inapetencia, sin una razón aparente.
Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista. Estos signos son:
  • Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
  • Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…).
  • Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
  • Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
  • Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
  • Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
  • Evitar comidas en compañía.
  • Huir de la mesa después de comer.
  • Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…).
  • Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
  • Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
  • Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías.
  • Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
  • Baja autoestima. 
El tratamiento posible para la anorexia son: reeducación de los hábitos alimentarios del niño. Y en los demás casos, consulta a un médico especialista. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria de grado clínico o cerca de convertirse en comportamientos extremos requieren ser atendidos por un agrupo do profesionalos preferiblemente con experiencia. 
El tratamiento más duradero y efectivo para los Trastornos de la Conducta Alimentaria es alguna forma de psicoterapia con atención médica maneto nutricional.
Idealmente este tratamiento debe ser individualizado y variar de acuerdo a la severidad del desorden y de los problemas particulares, necesidades y capacidades del paciente y su familia.

El tratamiento típico se basa en el paciente pero también incluyen terapias individuales, de grupo y de familia. Medicamentos psiquiátricos, grupos de apoyo, o terapias informativas sobre nutrición son tratamientos adjuntos que pueden ser beneficiosos para algunos pacientes.

La hospitalización se recomienda cuando el Trastorno de la Conducta Alimentaria ha causado problemas físicos que pueden poner en peligro la vida de la persona o cuando Trastorno de la Conducta Alimentaria está asociado con severas disfunciones psicológicas o de la conducta.
En algunos casos el tratamiento puede convertirse en una larga y costosa batalla. A veces, a pesar de los mejores esfuerzos, el tratamiento podría resultar no exitoso.

En estos casos los individuos se mantienen crónicamente sintomáticos o aún más trágico la muerte puede ocurrir como resultado del daño físico o psicológico. Por esta razón el mejor tratamiento implica la prevención de estas complicaciones.

Para prevenir  la Anorexia hay que desalentar la idea errónea de que una dieta en particular o llegar a tener un peso y talla particular lleva automaticamente a la felicidad y a la plenitud.

Si crees que su hijo o hija padece de Trastorno de la Conducta Alimentaria expresa tu preocupación de una manera franca y cuidadosa. Sutilmente pero con firmeza busque ayuda profesional.