martes, 10 de diciembre de 2013

Obesidad infantil

Hoy vamos a hablar sobre la obesidad infantil, un problema cada vez más común entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, y del que no somos plenamente conscientes. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2010 había más de 42 millones de niños con obesidad.

La obesidad es un problema de salud que se caracteriza por el exceso de grasa en el cuerpo. Uno de los baremos más empleados para su diagnóstico es el índice de masa corporal (IMC), que se calcula con una simple fórmula matemática: peso dividido entre la altura al cuadrado. Los resultados obtenidos deben trasladarse a una tabla de porcentiles, teniendo en cuenta la edad y el sexo de los niños. Aquellos que presenten un índice de masa corporal situado entre el 85 y el 95 en dicha tabla padecen sobrepeso; por encima del 95, ya se considera obesidad.

Una de las principales causas de obesidad infantil es la dieta que siga el menor. Cuando los padres del niño trabajan los 2, y tienen que seguir unos horarios que no siempre son compatibles con los del pequeño, lo primero que se descuida es la alimentación. Siempre vamos a lo fácil, lo más rápido; y esto suele ser lo menos saludable. Se empieza por la bollería industrial, a la que prosiguen todo tipo de frituras y rebozados, y se termina con las chucherías. Pero la culpa no es sólo de los padres, los abuelos también tienen parte de ella, ya que les proporcionan comidas abundantes y carentes de ciertos componentes.
Otra causa es el sedentarismo. Antes se realizaban muchas actividades al aire libre, juegos y deportes. Era fácil encontrar a los niños en las calles con las bicis, jugando al fútbol, saltando a la comba… En lugar de eso, los niños son cada vez más sedentarios: han cambiado las bicis por las consolas, los balones por la televisión, la comba por el ordenador.


Las consecuencias de la obesidad en los niños pueden ser: problemas con los huesos y articulaciones, dificultades respiratorias ante pequeños esfuerzos, alteraciones del sueño, las niñas pueden entrar de forma prematura en la pubertad, hipertensión, colesterol y enfermedades cardiovasculares. Además, pueden ser objeto de burla en el colegio debido a su cuerpo, y derivar en baja autoestima, aislamiento social, y depresión.

Lo mejor para prevenir la obesidad es llevar a cabo una dieta equilibrada y realizar actividad física.

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