Hoy vamos a hablar sobre la obesidad infantil, un problema
cada vez más común entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, y
del que no somos plenamente conscientes. Según la Organización Mundial de la
Salud, en 2010 había más de 42 millones de niños con obesidad.
La obesidad es un problema de salud que se caracteriza por
el exceso de grasa en el cuerpo. Uno de los baremos más empleados para su
diagnóstico es el índice de masa corporal (IMC), que se calcula con una simple fórmula
matemática: peso dividido entre la altura al cuadrado. Los resultados obtenidos
deben trasladarse a una tabla de porcentiles, teniendo en cuenta la edad y el
sexo de los niños. Aquellos que presenten un índice de masa corporal situado
entre el 85 y el 95 en dicha tabla padecen sobrepeso; por encima del 95, ya se
considera obesidad.
Una de las principales causas de obesidad infantil es la
dieta que siga el menor. Cuando los padres del niño trabajan los 2, y tienen
que seguir unos horarios que no siempre son compatibles con los del pequeño, lo
primero que se descuida es la alimentación. Siempre vamos a lo fácil, lo más
rápido; y esto suele ser lo menos saludable. Se empieza por la bollería
industrial, a la que prosiguen todo tipo de frituras y rebozados, y se termina
con las chucherías. Pero la culpa no es sólo de los padres, los abuelos también
tienen parte de ella, ya que les proporcionan comidas abundantes y carentes de
ciertos componentes.
Otra causa es el sedentarismo. Antes se realizaban muchas
actividades al aire libre, juegos y deportes. Era fácil encontrar a los niños
en las calles con las bicis, jugando al fútbol, saltando a la comba… En lugar
de eso, los niños son cada vez más sedentarios: han cambiado las bicis por las
consolas, los balones por la televisión, la comba por el ordenador.
Las consecuencias de la obesidad en los niños pueden ser:
problemas con los huesos y articulaciones, dificultades respiratorias ante
pequeños esfuerzos, alteraciones del sueño, las niñas pueden entrar de forma
prematura en la pubertad, hipertensión, colesterol y enfermedades
cardiovasculares. Además, pueden ser objeto de burla en el colegio debido a su
cuerpo, y derivar en baja autoestima, aislamiento social, y depresión.
Lo mejor para prevenir la obesidad es llevar a cabo una dieta equilibrada y realizar actividad física.
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